Las organizaciones que
representamos a los profesionales de la educación: CCOO, STEs-i, UGT, CGT, y
MRPs; a las familias, CEAPA; y al alumnado, Sindicato de Estudiantes; que
componemos la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, hemos exigido en los
últimos meses al Ministerio de Educación la paralización de los recortes y la
retirada inmediata del anteproyecto de la Ley Orgánica la Mejora de la Calidad
Educativa (LOMCE).
Las organizaciones
integrantes de la Plataforma Estatal por la Escuela Pública consideramos que el
anteproyecto de la LOMCE ha suscitado todos los rechazos posibles, tanto desde
la comunidad educativa (padres y madres, estudiantes y profesionales de la
educación) como de los distintos organismos consultados sobre la futura ley: el
último de ellos el Dictamen del Consejo de Estado. Se convierte así en un
proyecto de ley que podrá ser impuesto pero que no podrá ser fruto del
consenso, puesto que no ha existido ni el mínimo diálogo necesario, y que, de
aprobarse, desoirá todas las recomendaciones sobre su más que necesaria
retirada.
Con el apoyo masivo que ha
dado a las diversas movilizaciones realizadas, la sociedad española ha exigido
la retirada del anteproyecto de Ley, así como la suspensión inmediata de todas
aquellas iniciativas emprendidas por su Gobierno en materia educativa que están
lesionando gravemente el derecho a la educación, ya que sólo sirven al objetivo
básico de implantar las bases de un modelo social y productivo basado en la
desigualdad.
La Plataforma Estatal por la
Escuela pública exige la apertura de un proceso de diálogo y negociación con la
Comunidad Educativa para que se puedan poner en marcha las mejoras que la
educación realmente necesita, buscando un consenso básico que dé estabilidad al
sistema educativo al convertir este asunto en una cuestión de Estado, y no las
medidas que se proponen con la reforma que se plantea desde el Ministerio de
Educación y que supondrían un grave retroceso de dicho sistema y, con ello, de
nuestra sociedad.
Sr. Rajoy, cuando usted tomó
posesión del cargo de Presidente, dijo en su sesión de investidura lo
siguiente: “…la educación es mucho más, es el fundamento esencial para la
libertad, para la igualdad de oportunidades, la cohesión social y la
convivencia democrática. La España del futuro dependerá de nuestro sistema
educativo. No podemos permitirnos el lujo de replantear el modelo de nuestra
educación al compás de cada cambio de Gobierno. Por lo tanto, buscaremos el más
amplio consenso para abordar los cambios que requiere la situación actual…”.
Muchos ciudadanos se sienten defraudados al recordar estas palabras y ver que
la actual política educativa nada tiene que ver son ellas.
El Ministro de Educación, en
su primera comparecencia ante la Comisión de Educación del Congreso de los
Diputados, dijo que: “Nuestra voluntad de entendimiento es sincera, prueba de
ello es que no hemos caído en la tentación de aprovechar la amplia mayoría que
nos han confiado los ciudadanos para aprobar una nueva ley general educativa.
No sería bueno que la educación española pasara de nuevo por un trance que
genera inestabilidad y desconcierto…”. Muchos ciudadanos se sienten engañados
al recordarlo. Es más, el engaño se acrecienta cuando se recuerda que, en la
misma comparecencia, expresó que: “Tengan la seguridad de que por mi parte la
palabra clave en el enfoque de la política educativa va a ser también el
diálogo. Diálogo con la oposición, con las Comunidades Autónomas, que tienen la
competencia de gestionar la mayor parte de las materias de las que trata este
Ministerio, y diálogo amplio y sincero con la comunidad educativa.”
Desde esos momentos el
camino recorrido ha desmentido tales afirmaciones. Estamos ante un proceso
carente de dialogo, ausente de consenso, que ha puesto encima de la mesa una
nueva reforma educativa al albur del cambio de Gobierno, sustentada únicamente
en una mayoría parlamentaria que pretende imponer su visión sesgada, y ante un
trance que ha generado inestabilidad y desconcierto.
El anuncio de paralización
de la LOMCE, al constatar que es una propuesta inviable salvo que se niegue la
realidad y se imponga la contrarreforma, ha sido un paso obligado por la
reacción social ante la contrarreforma, pero debemos ir más allá. Es necesario
desandar el camino y volver al punto de partida, de forma que se puedan cumplir
sus palabras de inicio de legislatura, demostrando a los ciudadanos que
aquellas no eran un engaño. Está en su mano.
Para ello, es imprescindible
que retire la LOMCE, se reúna personalmente con las organizaciones que
componemos la Plataforma Estatal por la Escuela Pública para escuchar de forma
directa las posiciones de las organizaciones que representamos a la inmensa
mayoría de la sociedad española en materia educativa, y se sienten las bases de
una verdadera reforma del sistema educativo de forma consensuada que corrija
los aspectos mejorables del mismo. Sin duda, siempre podremos y deberemos
mejorar. Nombre nuevos interlocutores en el Ministerio de Educación, puesto que
los actuales han quedado completamente desacreditados, y ponga en marcha una
política educativa en favor del bien común de nuestra sociedad.
Quedamos a la espera de sus
noticias, así como de la convocatoria de la reunión planteada.
Reciba un cordial saludo.
Madrid, 16 de mayo de 2013
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