PLATAFORMA
ESTATAL POR LA ESCUELA PÚBLICA
NO
AL CAMBIO INJUSTIFICADO DE LOS LIBROS DE TEXTO
NO
A UN NUEVO CURRÍCULO ORIENTADO IDEOLÓGICAMENTE
SÍ
A UNA ENSEÑANZA PÚBLICA Y DE CALIDAD FINANCIADA
EN
SU TOTALIDAD CON LOS FONDOS PÚBLICOS
La Constitución Española de
1978, en su artículo 27.4 establece, literalmente, que «la enseñanza básica es
obligatoria y gratuita». La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación
(LOE), en su artículo 3.3, dispone que la educación primaria y la secundaria
obligatoria constituyen la enseñanza básica, y en su artículo 4.1 que ésta será
obligatoria y gratuita para todas las personas. En igual forma, lo dispone el artículo
1 de la Ley Orgánica 8/1985 reguladora del Derecho a la Educación (LODE).
Es evidente que de estos
textos legales se desprende que las enseñanzas obligatorias no deben representar
coste económico alguno para el alumnado y, por ende, para sus padres y madres o
tutores legales. Sin embargo, en los últimos años las diversas Administraciones
Públicas han reducido, e incluso eliminado, las partidas económicas que estaban
orientadas a intentar garantizar la gratuidad de la enseñanza obligatoria. Así,
las becas y ayudas de todo tipo han sufrido recortes continuados, llegando a desaparecer
en muchos casos. Becas y ayudas que deben ser recuperadas e incrementadas de
forma urgente. En lo que respecta a los libros de texto y los materiales
curriculares, la situación actual provoca que una parte muy considerable del alumnado
no pueda acceder a los mismos. Con el pretexto de la crisis económica, se está
atacando la igualdad de oportunidades y la equidad de nuestro sistema educativo
y, con ello, se está vulnerando el derecho a la educación de una gran parte de
la ciudadanía.
Es cierto que la utilización
de los libros de texto no es obligada desde un punto de vista pedagógico, es
más, cada vez existen más docentes y centros educativos que no los usan
habitualmente, salvo como materiales existentes en las bibliotecas de aula, y que
se debe caminar en ese sentido para que sean los docentes los que desarrollen su
labor con sus propias unidades didácticas, elaboradas en función del alumnado
que tienen en sus aulas, pero es evidente que los libros de texto son
considerados aún por muchos docentes como materiales imprescindibles para poder
impartir las enseñanzas y así los solicitan a las familias, que deben afrontar
los costes de su adquisición, puesto que ello no es asumido en su totalidad por
las Administraciones.
Por otra parte, el próximo
curso 2014/2015, se pretende poner en marcha la LOMCE en 1º, 3º y 5º de
Primaria y 1º de Formación Profesional Básica, lo que afectará a más de millón
y medio de estudiantes. El Ministerio tramita, de forma irresponsablemente acelerada
además, los nuevos Reales Decreto de currículo, para adaptarlos a su visión
ideológica y orientarlos a la superación de reválidas y otras pruebas estandarizadas,
elementos fundamentales de su ley educativa. Las editoriales, por su parte, se
disponen a modificar sus libros de texto para adaptarlos a los nuevos decretos.
Ello les generará nuevos beneficios a costa de las familias y causará que se puedan
perder los materiales acumulados en los bancos de libros, algo que ven con buenos
ojos.
Pero debe tenerse en cuenta
que estos cambios, tanto los realizados en la LOE, a través de la denominada
LOMCE, como los que se realizarán como desarrollo de los anteriores, parten de
una imposición unilateral del Gobierno central y el partido político que lo
sustenta, habiendo cosechado ya el rechazo del resto del arco parlamentario y de
la inmensa mayoría de la sociedad, que exige su retirada inmediata. De este rechazo,
ha surgido el compromiso de las fuerzas políticas de la oposición de proceder a
la derogación de la LOMCE.
Por todo lo anterior, la
Plataforma Estatal por la Escuela Pública, exigiendo la completa financiación
de la enseñanza pública con los fondos públicos, anuncia que inicia una
campaña, de forma conjunta con todas las plataformas existentes, en la que llama
a las Comunidades Educativas de todos los centros educativos a la toma de acuerdos
en los Consejos Escolares para que no se cambien los libros de texto que se estén
utilizando en la actualidad, dado que:
• Son perfectamente válidos
y deben seguir siéndolo durante un mínimo de cuatro años desde el curso para el
que fueron adquiridos.
• Los cambios curriculares
que se proponen ahora no tendrán una gran vigencia y, además, no son cambios
esencialmente de los contenidos, sino del enfoque de los mismos por motivos
ideológicos.
• Existen grandes
dificultades de las familias para asumir costes por la adquisición de libros de
texto y materiales curriculares.
• Los bancos de libros que
se han creado deben seguir siendo usados porque suponen un capital social que
debe ser respetado y defendido.
Para ello, se difundirá un
modelo a utilizar en todos los Consejos Escolares, especialmente en los de los
centros educativos, para que se convoquen reuniones extraordinarias de los
mismos por este motivo, así como otro de posible resolución, y se hace un llamamiento
expreso a que sean utilizados de forma urgente y masiva.
totalmente de acuerdo...
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