Con el Real Decreto-ley 5/2016, de 9 de diciembre,
el Presidente del Gobierno anunció un farol que quedó muy bien de cara a la
opinión pública: nos aseguró que eliminaba las reválidas o pruebas de
evaluación final de 6º de Primaria y 4º de Secundaria, pero en
realidad solo eliminó los efectos académicos de estas pruebas.
Por eso, ahora las tenemos aquí.
El jueves y viernes pasados se realizaron en algunos
centros de Burgos las pruebas finales de 4º ESO y los días 1 y 2 de junio y 7 y
8 de junio se realizarán las de 6º y 3º de Primaria respectivamente.
En el caso de las pruebas de 4º ESO y 6ª Primaria solo se realizan en unos pocos centros y a un
número reducido de alumnado porque son muestrales.
Las pruebas de 3º
Primaria son censales y la Orden
dice que debe hacerlas todo el alumnado de esos cursos; sin embargo, si las familias entregan un escrito
diciendo que no desean que sus hij@s realicen
estas pruebas, no puede obligarse a nadie a que las haga. El mismo Director
Provincial nos lo ha asegurado en más de una ocasión y lo ha afirmado incluso
en televisión:
Por lo tanto, debemos recordar que, en la actualidad,
ninguna de estas pruebas es de obligada realización para ninguna alumna ni
alumno, pues carecen de consecuencias académicas.
El alumnado y sus familias tienen
derecho a negarse a hacerlas, sin que esta decisión suponga para ellos ninguna
discriminación ni consecuencia negativa.
El profesorado no está obligado a exigirles que la
realicen si ellos deciden no hacerla. Es una lástima que desde la
Dirección Provincial hayan perdido de nuevo la oportunidad de informar de
esto adecuadamente a los centros y a las familias, evitando presiones y
tensiones innecesarias.
Y para quienes digan que qué más da hacer o no estas
pruebas, si no sirven para nada, les diremos que en realidad sí sirven:
-Sirven para segregar
ya que, aunque “no tienen efecto académico”, pueden ser un argumento más para
“clasificar” al alumnado.
-Sirven también para condicionar el proceso educativo sometiendo a una presión innecesaria a familias y alumnado y
al profesorado, que tiene que haber acabado el temario cuando todavía quedan
varias semanas de clases. Además, la presión de las pruebas lleva a que en
ocasiones se eliminen determinadas actividades de los centros para dedicar más
tiempo a prepararlas.
-Sirven para cuestionar
la labor del profesorado, ya que suponen desconfianza hacia su criterio de
evaluación.
-También sirven para gastar dinero inútilmente, mientras se sigue disminuyendo la
cantidad dedicada a becas. Solo la prueba de Secundaria costará 2,3 millones de
euros en todo el país.
-Sirven para comparar
centros y, aunque no se hagan rankings oficiales, para que los centros que
mejores calificaciones obtengan publiciten sus resultados para atraer más familias
y caer en una competitividad estúpida.
Desde la Plataforma por una Escuela Pública, Laica y Gratuita
de Burgos revindicamos la eliminación total de las pruebas de evaluación
externa y hacemos
un llamamiento a la comunidad educativa para que no participe en su
realización.
Suficiente prueba diagnóstico es la evaluación continua que los
profesores y profesoras realizan a diario en los centros. Estas pruebas no nos van a decir nada que no
sepamos ya desde esta Plataforma. Porque bien sabemos que lo que hace falta
son ratios más bajas, más profesorado, más apoyos y refuerzos, que se sustituya
al profesorado de baja de forma inmediata, unos currículos diferentes…
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