Utilizar argumentos
económicos para justificar los recortes en educación es, en sí, una estafa.
Los mensajes economicistas
del gobierno son espurios y bastardos y una trampa más en la que quieren hacernos
caer.
La educación no es una
mercancía, los alumn@s no son carne para el empresario.
La educación es UN
DERECHO FUNDAMENTAL. Aquí trataremos de desmontar sus propias MENTIRAS.
1ª MENTIRA: El sistema
educativo actual es ineficaz
Cuando se afirma esto se
está diciendo que no logra sus fines que se esperaban. Ahora bien, cuáles son
estos: ¿formar personas libres y críticas o mano de obra barata?, ¿reducir
desigualdades o perpetuarles?.
La respuesta es indiscutible: contribuir a una sociedad más justa, libre y crítica. Sin embargo, la ley Wert conduce a un modelo totalmente opuesto, meramente mercantilista, hecho a la medida de las demandas empresariales, por lo que afirmamos que el sistema educativo realmente ineficaz es aquel que plantea la LOMCE.
Aun así somos conscientes de
que la escuela pública tiene sus deficiencias a la hora de llevar a cabo su
función compensadora y de formación, pero el camino a seguir es justamente el
contrario: construir una escuela desde abajo, con la participación de docentes,
familias y estudiantes y dotada con más recursos.
2ª MENTIRA: El sistema
educativo no es sostenible
El concepto económico de
sostenibilidad significa por un lado, equilibrio entre los ingresos y los
gastos, y por otro, equilibrio entre generaciones (dejando un mundo que merezca
la pena ser vivido).
Respecto a la primera
acepción, nos negamos a considerar la educación como un gasto o incluso como
una inversión, pues se trata de un DERECHO. Pero si se quiere hablar de dinero,
recordemos que gastamos menos que los países de nuestro entorno y que son las
familias quienes soportan buena parte del mismo.
En cuanto al equilibrio
intergeneracional, cuantos mayores sean los recursos empleados en educación y
mayor la participación ciudadana en su gestión, mejor será el mundo en el que
vivirán nuestros hijos y nietos, construido sobre la solidaridad, la igualdad y
el respeto medioambiental, y no sobre el individualismo depredador del
capitalismo.
3ª MENTIRA: La educación
debe adecuarse a las necesidades del mercado laboral en tiempos de crisis
La crisis es una excusa para
eliminar la educación como derecho ciudadano. No se persigue un recorte
temporal de los recursos destinados a la educación (y a otros servicios
públicos), sino que los trabajadores tengan peores expectativas salariales para
que se plieguen mejor a los trabajos eventuales mal pagados.
Mientras nos hablan de la
sociedad del conocimiento, en lugar de apostar por la formación y la
investigación, el modelo productivo que se construye es un modelo que se basa
en la explotación de una mano de obra barata por parte de multinacinales, pues
la pequeña empresa familiar acabará muriendo.
Si consideramos que los cambios que se producen en la historia son súbitos e inesperados, éstos solo se pueden afrontar con un elevado nivel educativo. Es díficil planificar a largo plazo las necesidades e intereses de las generaciones futuras (¿Quien nos iba a decir hace unos años que el chino iba a tener el auge que tiene actualmente?) y menos basarnos en informes que se fundamentan en los intereses cortoplacistas de las multinacionales, movidas por el beneficio inmediato y olvidando interesadamente que contamos con un planeta finito. Tenemos que acabar con el modelo consumista, realizar una profunda reflexión sobre las necesidades y distribuir la riqueza. La escuela es uno de los lugares donde repensar la realidad.
4ª MENTIRA: Un puesto escolar privado-concertado es más barato que uno público
En principio ésta podría ser
una afirmación más en clave económica que ideológica, pero no es así. El coste
de la educación lo determina la remuneración de los factores productivos
(profesorado, materiales educativos mantenimiento...) y en el caso de la
enseñanza privada se añade el beneficio empresarial.
Por lo tanto, para que lo
privado resulte más barato que lo público, debería utilizar menos factores
productivos y/o de menor calidad, lo que de ningún modo es una ventaja. Además
la escuela pública siempre empleará más recursos, porque es la única que
atiende desinteresadamente a la práctica totalidad de la población que más lo
necesita, ya sea inmigrante, con necesidades especiales, dispersa
geográficamente o que requiere cualquier tipo de ayudas: de becas de comedor,
transporte, libros...
También debe tenerse en cuenta que el coste de las infraestructuras educativas (ministerio, inspección, etc.), las subvenciones a los centros privados, las cesiones de terrenos o de edificios públicos... recae sobre fondos públicos. En consecuencia lo privado nunca será ni mejor ni más barato.
La educación no es una mercancía, los alumn@s no son carne para el empresario.
La educación es UN DERECHO
FUNDAMENTAL; debemos participar activamente desde la base y no dejarlo en manos
ajenas.
DEROGACIÓN DE LA LOMCE YA
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